mañanera claudia sheinbaum

Vivimos en tiempos aciagos para el Estado de Derecho

Es indudable que las tendencias que vivimos  en el mundo no son las más propicias para la democracia, son tiempos aciagos también para el Estado de Derecho, sin embargo nunca estará de más  insistir en su superioridad política e incluso moral, en relación a cualquier otro sistema de gobierno, porque desde el inicio –hay que decirlo- la democracia es una creación humana y como tal no solo es falible sino mortal, pero además siempre perfectible.

Así lo dio a conocer el Vocal Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral en Nayarit, Eduardo Manuel Trujillo Trujillo, al dar la bienvenida a participantes y asistentes al Panel “El Amparo y su Interrelación con la Democracia y los Derechos Humanos, a lo que agregó que la democracia es una acción civilizatoria por excelencia, pero requiere de demócratas  y políticas de Estado que creen y fortalezcan instituciones, y representantes de elección popular que actúen con irrestricto apego al principio de legalidad; “lo más valioso y fácil de perder para una sociedad es la libertad, nada es más caro que  ello, la historia nos lo demuestra”.

En su mensaje, el Delegado del INE ponderó además que figuras como el Habeas Corpus y su versión corregida y aumentada de origen mexicano como es el amparo, que es procedimental y como sustancia es un derecho humano que constituye la última barrera con que cuenta el individuo para defenderse de la tiranía de gobiernos y de particulares que, con las interpretaciones del neo constitucionalismo, trascienden los límites de las soberanías y los llamados estados nacionales.

Ante especialistas, académicos y estudiantes de Derecho que conmemoraron aquí el “Día del Abogado”, funcionarios y consejeros de los órganos electorales federal y local e invitados especiales, Trujillo Trujillo sentenció que el principio de legalidad y el neoconstitucionalismo, “harán posible que la democracia no perezca y que en ésta última, la democracia contemporánea, no se confunda el impulso de cambio, de una voluntad de las mayorías, con el ímpetu salvaje y caótico de una horda”.

Por su parte, Secretario Técnico de la Oficialía Mayor del Congreso del Estado, José Ricardo Carrazco Mayorga, al desarrollar la ponencia “Los principios de la sentencia constitucional que  concilian la Justicia y la Democracia”, afirmó que la democracia no se agota en los procesos electorales ni en los instrumentos para encarnar al poder público, sino que democracia sustancial implica que hay un coto vedado, que es el término que se utiliza para darle el núcleo esencial de derechos fundamentales, y no derechos humanos, porque parte de una doctrina de la dogmática constitucional.

En su oportunidad, el Secretario Ejecutivo de la Comisión de Derechos Humanos para el Estado de Nayarit, José Antonio Serrano Morán, destacó que en nuestros días, “los sistemas de protección de derechos humanos tienen problemas y obstáculos como lo es el tema de la horizontalidad y verticalidad de la protección de esos derechos humanos, en el que, en la segunda se presenta una violentación del servidor público hacia el ciudadano”.

En el marco de su ponenciaLos desafíos del sistema no jurisdiccional de protección de derechos humanos”, Serrano Morán agregó que el problema de México no es la falta de marcos normativos sino que, en ocasiones, estos marcos son aberrantes y discriminatorios, por lo que el problema de nuestro país se llama falta de funcionalidad de la norma que ya existe.

Señaló que México es hipócrita porque dice una cosa en el discurso oficialista y en la práctica hace totalmente otra, como así lo muestra la existencia de dos ideologías en nuestra Constitución como es el garantismo y el naturalismo. Y lamentó que en el primero, se considere que todos tenemos los mismos derechos sin importar qué hayas hecho o en qué situación te encuentres, y denunció que la Federación cocina ya una reforma constitucional a nivel de Comisiones de Derechos Humanos, que pretende eliminar a estos órganos estatales para convertirlas en órganos regionales con una clara muestra de regreso al peligroso centralismo del poder.

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