Considerada una leyenda viva de la danza iberoamericana y del ballet mundial, la cubana Alicia Alonso recibió un homenaje del Ballet Nacional de China (BNC), que resaltó la trayectoria de la bailarina próxima a cumplir 99 años de edad.
La compañía no quiso dejar pasar la ocasión para reafirmar el cariño que existe por ella en China, afirmó Feng Ying, directora del grupo y quien reiteró su admiración hacia la también coreógrafa recordada por sus representaciones de Giselle y Carmen.
Alonso es una modelo a seguir para Ying pues “en la década de los 70, cuando estudiaba, vi una grabación de Giselle; su ligereza, fluidez, imagen inocente, alegre y amable de chica de campo dejó una profunda huella en mi mente“.
Los miembros del ballet asiático, a través de la embajada de Cuba en Beijing y su titular, Miguel Ángel Ramírez, le hicieron llegar a la artista latinoamericana, que el 21 de diciembre cumplirá 99 años, obsequios como un juego de té y una caligrafía especial dedicada por la conocida bailarina china Bai Shuxiang
La contraparte china también donó a a su contraparte, el Ballet Nacional de Cuba, 100 zapatillas especiales para la práctica de la danza clásica, refirió la agencia de noticias Xinhua.
Feng Ying recordó que Alicia Alonso ayudó a mejorar continuamente la danza en China en términos de innovación y establecimiento de estilo, ya que la cubana visitó esa nación en varias ocasiones desde 1961 e impartió clases en academias del país asiático.
Es en 1959 cuando se estableció el BNC y desde entonces destacó la colaboración entre esta institución y el Ballet Nacional de Cuba, de tal manera que en 2014 se realizó una presentación especial en La Habana, a la que asistieron los presidentes de ambos países.
Alonso visitó nuevamente el Ballet Nacional de China cuando tenía 93 años. “Con solo sus oídos podía saber si alguien mantenía una postura incorrecta o faltaba una respiración. Mientras Alicia estaba sentada allí, su alma controlaba todo el aura, y esa magia únicamente se puede sentir en persona; estábamos completamente impresionados y emocionados“, rememoró la directora.
En esa presentación especial, con la ayuda de Li Ai, entonces directora del Instituto Confucio de la Universidad de La Habana, Alonso creó una obra titulada “Bailarín”, que rinde homenaje a la cultura china a través de dos piezas de música nacional del país asiático.
Feng enfatizó que el nivel técnico del ballet cubano “es muy alto” y confió en que este año en que se celebra el 60 aniversario del Ballet Nacional de China, el arte de ese género en su país de origen también alcance tanta influencia en el mundo como el cubano.
Agregó que la danza china, en la nueva era, busca absorber las mejores expresiones artísticas del mundo para hacerse más inclusivo, por lo que buscará introducir características de su nación al arte de la danza y agregar colores a la escena mundial.