El cantante estadounidense Michael Jackson, que este 25 de junio será recordado al conmemorarse el décimo aniversario de su muerte, fue tan perfeccionista que si cometía algún error al bailar, de inmediato manifestaba su insatisfacción, aseguró el bailarín mexicano David Salazar.
“Era perfeccionista a morir, no se permitía los errores. En las entrevistas que he visto decía que ensayaba todo el tiempo. Cuando debutó en 1983, con ‘Billie Jean’, comentaba que su propósito era dar ocho giros y sólo logró cinco, por lo que no estuvo satisfecho con su presentación, pero que había dado lo mejor de él”, apuntó el bailarín.
En entrevista con Notimex, Salazar, quien siguió de cerca la trayectoria del ídolo mundial, destacó que para el llamado “Rey del pop” bailar no era simplemente aprenderse los pasos, “él tenía que sentirlos cuando se estaba moviendo y así lanzar la energía para que el público la pudiera captar”.
“Decía que cuando se detenía sobre el escenario, buscaba observar al público a fin de sentir su energía para comenzar a cargarse y moverse. Ahí es donde le salía lo extraordinario”, destacó Salazar.
En opinión de David Salazar, quien siendo adolescente comenzó a imitarlo, Jackson fue un artista que se supo construir después de separarse del grupo The Jackson 5 y de su padre Joseph Jackson.
“Sus influencias musicales fueron James Brown, Diana Ross y Donna Summer. Tuvo un gran manejo de los estilos que le tocaron en su época y lo que hizo fue replantearse lo que ya sabía, apropiándose de él y crear un estilo único, una personalidad que se volvió parteaguas en el mundo del pop”.
Salazar, quien como parte de su formación ha tomado clases de diversos géneros con maestros como Dardi McGinley, Marcos Santana, Solange Lebourges, Rosario Manzanos y la actriz del Odin Teatret, Roberta Carreri, recordó que el “Moonwalk”, paso de baile que popularizó “El Rey del Pop”, lo hacían bailarines de tap afroamericanos en los años 30.
“Michael tenía un juego de pies muy deslizado y lo hizo en honor a James Brown, porque fue su padrino como artista. Digamos que le dio la patadita para salir adelante. Fue un bailarín de jazz, tap y ballet.
Conforme fue avanzando su carrera, también se influenció de la cultura hip hop que comenzó en la década de los 80 en Nueva York.
Mencionó que parte del break dance, el popping, el liquid dancing y del rap que se bailaba en las calles, también se los apropió y los usó mucho en sus videos.
“Precisamente, en ellos se observa cómo es que va evolucionando, desde sus inicios como solista, luego en el disco ‘Off the wall’, en ‘Bad’ o cuando toma cosas de los 70 al estilo de ‘Saturday night fever’”, subrayó el bailarín.
Imitación al “Rey del Pop”
David Salazar tiene 32 años y descubrió al intérprete de Beat It y Thriller cuando tenía aproximadamente siete años, pues uno de sus amigos comenzó a moverse como él, tratando de imitar el “Moonwalk”.
“Le pedí que me enseñara a bailar así y cuando fui a su casa sacó sus videos de conciertos de él en formato VHS y no dudé ni tantito, en ese momento le dije: ‘quiero bailar como él’, y lo hice. Comencé a leer mucho de su arte y me empapé de su forma de bailar, hasta que logré imitarlo”.
De los 16 a los 18 años, David Salazar fue contratado para que bailara en varios escenarios de su natal Hermosillo, Sonora, aunque no se caracterizaba como el artista, sólo buscaba un vestuario similar y hacer un show lo más parecido.
Sin embargo, con el paso del tiempo optó por su estilo propio y desde hace 13 años sobresale en la danza y forma parte del proyecto compartido LAZO, realizado entre Antares y Delfos, compañía dirigida por los maestros Claudia Lavista y Víctor Ruiz.
En 2009 recibió el Premio al Mejor Intérprete en el XII Muestra Coreográfica Binacional en San Diego, California, y el mismo año fue el beneficiario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes.
“Dejé a Michael porque deseaba bailar otro tipo de cosas. Noté que cuando la gente sabía que bailaba como él, se olvidaban muy rápido de la carrera que tengo. Sin embargo, cuando siento que me estoy alejando del objetivo de bailar, pienso en él y me dedico a disfrutar. Parecía que Michael nunca se cansaba y eso es lo siempre busco que me transmita”, concluyó Salazar.