La roya del café provocó un desplome de la producción de este grano aromático a los niveles más bajos en 50 años, en tanto que cafeticultores comenzaron a levantar la voz para que el gobierno les otorgue ayuda de emergencia.
En los últimos 10 años, la producción de café cereza cayó 39% al pasar de 1,4 millones de toneladas en 2018, a sólo 860.000 en 2018, conforme datos de la Secretaría de Agricultura, el peor volumen desde 1970.
El especialista Tomas Paul Henderson apuntó que a nivel nacional, la producción suma una caída superior al 50 por ciento entre 2012 y 2016 (de 4,3 millones a sólo 2,2 millones de sacos de 60 kilos).
El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) dijo que los casi 500.000 productores de café distribuidos en 47 municipios de 13 estados del país viven una situación crítica por la plaga de este hongo parásito. Esto sin contar la caída de los precios internacionales y la baja productividad de las cosechas.
La temida “roya del cafeto” ingresó en México por la frontera con Guatemala en los años 80 y de inmediato comenzó a infectar las plantaciones de la fértil región del Soconusco, una de las zonas con mayor producción de café del país, en Chiapas.
El gobierno ha destinado fondos crecientes del presupuesto para frenar la plaga, pero el 100% de las zonas de café siguen infestadas en algunos casos en grados severos, dijo este lunes la agencia noticiosa italiana Ansa.
Según Francisco Javier Trujillo, director en jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, “sigue habiendo impacto, nunca nos hemos recuperados a niveles incluso previos a 2010“.
El precio internacional del café ha caído de 174 a 112 dólares el saco de 100 libras entre 2012 y 2018, un 35% pero el desplome sigue pues apenas la semana pasada se cotizó en 96 dólares.
Los productores exigen que se les otorguen fondos para renovar las plantas, por cuanto estiman que es la vejez de los cafetos (más de 30 años), lo que las hace vulnerables a la roya, por cuanto no deberían de dejarse más de una década.
La secretaría de Agricultura anunció este año un apoyo de 5.000 pesos (unos 250 dólares) por productor cada dos meses en el marco de un programa llamado Bienestar para el Campo, para paliar el problema.
La Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café plantea un respaldo de unos 90 millones de dólares para “compensar a los productores por la crisis“.
Pero un estudio del investigador Thomas Paul Henderson señala que la recuperación del sector con plantas resistentes pone en riesgo la producción del café orgánico y de calidad por parte de los pequeños productores, así como el futuro de sus organizaciones.
En el informe, recién publicado por la Revista Mexicana de Sociología, titulado “La roya y el futuro del café en Chiapas“, el académico del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur, indica que la especie más amenazada es la arábica, que representa 95% de la producción nacional.
Destaca que desde 2008 hasta la fecha, la roya anaranjada, causada por el hongo Hemileia vastatrix, que ataca las hojas, las ramas y hasta los frutos del café, “ha devastado la cafeticultura en muchas regiones de América Latina“. Se considera el patógeno “más destructivo y de mayor importancia económica para el sector a nivel mundial“.
La roya fue reportada formalmente por primera vez en 1869 en la isla de Ceilán, hoy Sri Lanka, donde acabó con el cultivo del grano e impulsó la transición hacia la producción del té. Su desembarco al continente americano ocurrió un siglo más tarde, comenzando por Brasil, en 1970, y durante la siguiente década se extendió por Sudamérica y Centroamérica hasta llegar a México por Chiapas en 1981.
Para Henderson, el cambio climático juega “un rol clave en el actual brote de la roya en México, además de fomentar las condiciones para brotes de otras plagas que han afectado el cultivo del grano durante las últimas cuatro décadas, en particular “el ojo de gallo” y la broca del café.