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Luis Pérez Gómez, un mexicano en la Europa de la Segunda Guerra Mundial

La pasión de Luis Pérez Gómez por volar lo llevó a la Real Fuerza Aérea Canadiense, murió en combate y tras más de cinco décadas, en 2001, fue reconocido como el único piloto mexicano que luchó en Europa en la Segunda Guerra Mundial, aunque la mayoría de los mexicanos no lo conocen.

El 6 de junio de 1944, en el histórico “Día D”, el jalisciense formó parte del Desembarco de Normandía, una operación militar de los aliados en Francia, con más de 150 mil soldados estadunidenses, británicos y canadienses, que dio inicio a la liberación de los territorios de Europa Occidental ocupados por los nazis.

Este domingo 16 de junio se cumplirán 75 años de la muerte del piloto, cuyo paradero permaneció desconocido por décadas, hasta que en 2001 logró ubicarlo quien fue su novia, la canadiense Dorothy O’Brien, que tras perder a su ser amado entabló una relación y se casó con un marino canadiense.

El historiador Alfonso Flores, vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos (SMEAL), estimó que en México no se le rinde homenaje por desconocimiento, pero el piloto merece ser recordado, y precisó que su experiencia “para muchos ha sido algo totalmente novedoso”.

El experto explicó en entrevista con Notimex que de la misma manera en que hubo “braceros y muchos otros (que) se fueron de voluntarios a la guerra”, sin que el gobierno de la época tuviera control sobre ello, el piloto se enroló para participar en la contienda.

Pérez Gómez nació en Jalisco el 8 de octubre de 1922, llegó a la Ciudad de México, tras la muerte de su madre, para vivir con sus tías y trabajar como cajero de un banco.

Intentó sin éxito ingresar a la Fuerza Aérea Mexicana y a la aviación en Estados Unidos, hasta que materializó su meta en 1942 en Canadá.

“Su gran sueño fue ser piloto, en mayo de 1942, cuando México le declara la guerra a Alemania y a los (otros dos) países del Eje: Japón e Italia, él se interesa por participar. No puede hacerlo en México, se va de voluntario a Canadá, sin hablar inglés, pero lo aceptan con la condición de que aprenda”, explicó.

Tras graduarse en Canadá, fue asignado a volar aviones de combate y trasladado luego con su Escuadrón a Inglaterra, cuando los países aliados planeaban el desembarco de Normandía.

Luis fue asignado a un avión británico Spitfire IX, con el que empezó a operar misiones incluso antes del desembarco del 6 de junio, en apoyo a barcos o bombarderos, y luego, el 15 de junio, la aeronave fue enviada a una pista de Normandía, para las acciones aliadas ya desde territorio francés.

El piloto tenía una relación sentimental con una chica, Dorothy O’Brien, a quien dejó como referencia cuando partió al frente de guerra, y que fue la persona notificada de su desaparición, primero, y luego de su muerte en combate.

El avión de Luis formaba parte de un contingente de cuatro aeronaves que el 16 de junio se encontraron con ocho alemanas, con las cuales se enfrascaron en lo que se conocía entonces como una “pelea de perros”, y al final el aparato se desplomó en la pequeña comunidad de Sassy.

Los pobladores recogieron su cuerpo, le quitaron sus credenciales para evitar que los alemanes lo identificaran, y lo sepultaron en la iglesia de la población con la idea que era inglés o canadiense, por lo cual le colocaron una placa como Piloto de Canadá.

Su exnovia Dorothy se casó años después con un marino, y ya en su jubilación decidió visitar las sepulturas de los soldados de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra, en Francia, donde en 2001 ubicó la tumba de Pérez Gómez a través de una comunidad de amigos, y pudo identificarlo como mexicano.

El historiador señaló que el 16 de junio de 2004, en la conmemoración de los 60 años del desembarco de Normandía, Dorothy, acompañada de algunos veteranos y familiares, notificaron a la Embajada de México en Francia sobre su hallazgo.

“Es la primera vez que el gobierno mexicano se entera que había un mexicano” entre los militares caídos en la Segunda Guerra Mundial en territorio europeo, según Flores.

Refirió que en el pequeño poblado de Sassy hay ahora una plaza llamada “Pérez Gómez” y sólo en 2004 se le recordó en México.

“Nunca más se volvió a hacer nada”, apuntó el especialista, pero merecería “por lo menos que se difundiera y se conociera la historia de este joven mexicano”.

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