José Luis Preciado Trujillo
MERIDIANO/Bahía de Banderas
Vecinos de Valle Dorado, reportaron olores nauseabundos en un domicilio de la calle Quiroga, donde al arribar los Policías Municipales, realizaron una inspección y encontraron una persona ahorcada que estaba colgada de una viga con una soga atada al cuello.
Los hechos ocurrieron en el cruce de las calles Valle de Quiroga y Valle de México, en la localidad de Valle Dorado, donde reportaban que en la finca marcada con el número 199, al parecer había una persona sin vida, ya que salía un fuerte olor a muerto, por lo que solicitaban la presencia de las autoridades policiacas.
Al sitio indicado se trasladaron los Policías Municipales a bordo de la unidad radio patrulla S-122, a cargo del comandante Jacobo García, quienes al arribar al lugar se entrevistan con una persona del sexo masculino de nombre Moet Arteaga, de 44 años de edad, quien dijo ser el propietario de la finca y quien les manifestó que arribó a su casa que le renta a un masculino de nombre José Eduardo Enriquez Ruiz, luego de haber sido notificado por los vecinos del lugar, que del cuarto que antes era una fonda, salía un fuerte olor a mortura, por lo que temían que fuera su inquilino pues además ya tenían varios días sin verlo.
Los agentes policiacos de inmediato ingresaron al domicilio junto con el dueño y al entrar se percataron de que la persona que le rentaba la casa, se encontraba sin vida, mismo que estaba colgado del cuello con una soga atada en la viga del techo de su cuarto.
Inmediatamente los Policías acordonaron el área y dieron aviso a las autoridades correspondientes, arribando más tarde los elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones, junto con personal de la Policía Estatal Preventiva y de Servicios Periciales, quienes fueron los que se encargaron de las investigaciones y de recoger algunos indicios del lugar y luego pidieron a los de la funeraria Eternity que levantaran el cuerpo sin vida de José Eduardo, quien ya presentaba avanzado estado de putrefacción, siendo llevado al anfiteatro para la práctica de la necropsia de ley, en donde quedó a la espera de que acudieran sus familiares para identificarlo de manera oficial y reclamarlo ante la autoridad correspondiente para darle cristiana sepultura, quedando asentados los hechos en la carpeta de investigación, NAY/RV-BUC/C. I-261/19.
