El ministerio surcoreano de Cultura se opone a que la adicción a los juego, en particular entre jóvenes, sea considerada una enfermedad, como propone una recomendación que será discutida y votada este martes por la Asamblea Mundial de la Salud (AMS).
Rechazamos esa clasificación porque se alcanzó sin ninguna verificación científica, señaló Park Seung-beom, jefe de la división de la industria de juegos en el ministerio surcoreano de Cultura, señaló un despacho de la agencia Yonhap.
El pasado sábado uno de los comités que sesionan en el marco de los trabajos de la 72 Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza, aprobó cambios a la clasificación internacional de enfermedades (ICD, por sus siglas en inglés).
Entre esas modificaciones figura incluir la adicción a los juegos en la citada clasificación, modificación que será presentada a los estados miembro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) mañana martes, y si es aprobada entrará en vigor el 1 de enero de 2022.
LA ICD clasifica enfermedades y desórdenes para fines de investigación, tratamiento y cuidados médicos, y la adicción al juego se encuentra en el capítulo de desórdenes mentales y de la conducta.
Se le define como un patrón de conducta persistente o recurrente que puede ser en línea o fuera de ella, donde el jugador carece de control sobre su forma de jugar, la cual lleva a niveles superiores a pesar de las consecuencias negativas que acarree.
La inclusión de este tipo de conducta en la revisión 11 de la ICD generó también inconformidad en la industria del juego en Europa, que pidió a la OMS revisar el hasta ahora proyecto.
En Corea del Sur el ministerio de Cultura manifestó desde el pasado abril su oposición a esta medida, y citó un estudio de una universidad con sede en la capital Seúl el cual señala que hay diversos factores que explican la adicción compulsiva al juego.
No es solo el juego en sí mismo, sino también factores psicológicos, como estrés escolar, apoyo social de los profesores y compañeros así como la conducta de los padres, agregó el ministerio en la carta que envío a la OMS el mes pasado.
Sin embargo, el ministerio surcoreano de Salud y Bienestar ya anticipó que aceptará la modificación que apruebe la AMS, aunque buscará la intervención de la oficina del primer ministro para alcanzar un punto común.