Investigadores de la Universidad de Waterloo crearon una nueva tecnología para obtener un producto químico biodegradable que se puede usar como sustituto limpio de los combustibles fósiles, a partir de la fermentación natural del desperdicio de alimentos.
La innovación también se podría emplear para reemplazar los productos químicos derivados del petróleo en una gran cantidad que incluyen medicamentos y envases de plástico.
“La cantidad de alimentos que desperdiciamos es asombrosa. Eso es lo que me motivó a encontrar una mejor manera de utilizarlo para mitigar el daño causado por los combustibles fósiles”, dijo el líder del proyecto, Hyung-Sool Lee.
A pesar de que ya existe una tecnología para generar electricidad, mediante recolección de gas metano por descomposición de microorganismos, el especialista señaló que, el sistema produce pocos o ningún beneficio neto, si se tiene en cuenta los altos costos de la mezcla de residuos de alimentos y tratamiento de aguas residuales.
La nueva tecnología reduce los costos al recolectar y recircular los lixiviados, un cóctel microbiano mezclado con microorganismos y nutrientes, que se filtra a través de los desechos de alimentos en los tanques de retención, en vez de estimular la biodegradación mediante la mezcla intensiva.
Al comer y digerir los desperdicios de comida, los microorganismos generan un subproducto químico llamado carboxilato, el cual tiene numerosos usos potenciales como sustituto del petróleo o petróleo crudo.
“Las ciudades pequeñas pueden tener sus propios sistemas. Los residuos de alimentos recolectados en programas de contenedores verdes no tendrían que ser transportados largas distancias a enormes instalaciones centralizadas”, sostuvo Lee.
El siguiente paso del proyecto será probar la tecnología a mayor escala, con un objetivo a largo plazo para buscar su comercialización en cuatro o cinco años.