El líder de la milicia estadunidense United Constitutional Patriots, Larry Mitchell Hopkins, fue presentado hoy en audiencia inicial en una corte de Nuevo México, tras ser detenido el sábado por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) por cargos de posesión ilegal de armas.
El procesado se ostentaba como “comandante” de la milicia que operaba en Sunland Park, en un sector donde termina el muro fronterizo y comienza la montaña, donde detuvo a unas 300 personas que entregó a la Patrulla Fronteriza estadunidense, según el reporte de la oficina del fiscal general de Nuevo México.
Hopkins, quien tiene prohibido desde hace varios años la posesión de armas, permanecerá detenido al menos hasta el 29 de abril, cuando acuda a su primera audiencia en una corte federal en Albuquerque, Nuevo México, en la que planea declararse inocente, según dijo su abogado Kelly O’Connell.
La cadena hispana Univisión, que informó del caso, indicó que el juez de Las Cruces, Gregory B. Wormuth, informó a Hopkins de los cargos de posesión ilegal de armas de fuego y municiones de los que se le acusa, y que son punibles hasta con 10 años de prisión.
La oficina del fiscal del Distrito de Nuevo México explicó en un comunicado que “de acuerdo con la demanda criminal, en noviembre de 2017 Hopkins poseía ilegalmente nueve armas de fuego y municiones en su residencia en el condado San Juan, en Nuevo México”.
El abogado del acusado subrayó que la acusación no está relacionada con la actividad de la milicia, cuestionó que los cargos daten de 2017, al preguntarse que “si era un crimen tan serio, por qué esperaron dos años para detenerlo”, y aseveró que las armas encontradas eran de la esposa de Hopkins.
Según el abogado, la Rail Road Commission (RRC) de Sunland Park, dueña de los áridos terrenos en los que opera la milicia, podría estar involucrada en la detención de Hopkins, de 69 años, pues ya había reclamado que el grupo antiinmigrante se retirara de la zona.
El director de la Policía de Sunland Park, Javier Guerra, dijo que por el momento no existe una orden para desalojarlos del lugar.
Hopkins tiene prohibido el uso de armas de fuego y municiones al haber sido condenado al menos por tres delitos graves, entre ellos la posesión de un arma cargada en Michigan en 1996, usar un uniforme de policía y exhibir un arma en 2006 en Oregon.
En esa ocasión, mostró una placa a los policías que respondieron al incidente, a quienes dijo que trabajaba para el gobierno federal “directamente bajo órdenes del expresidente George Bush”, pero al revisar su historial, los policías descubrieron que tenía “varias acusaciones criminales”.
Desde el sábado pasado, mientras el jefe de la milicia es procesado, el grupo armado antiinmigrante quedó bajo el mando de un hombre identificado como “Viper”, quien dijo por teléfono a Univisión que “la milicia seguirá activa”, y aseguró que “no hemos hecho nada ilegal, no hemos violado las leyes”.
“No dejaré mis operaciones porque somos ciudadanos legales que ejercemos nuestro derecho de proteger a Estados Unidos. Ayudamos a la Patrulla Fronteriza. No estamos aquí porque ellos nos lo hayan pedido, sólo los ayudamos”, afirmó.
Aunque la milicia United Constitutional Patriots, que el mes pasado agrupaba a unos 20 integrantes, no figura en el mapa de grupos de odio que elaboró el organismo de derechos civiles Southern Poverty Law Center en 2018, su discurso y sus actos son similares a los criterios que aplica el centro.
Hopkins expresó en marzo pasado que el actual presidente estadunidense Donald Trump es alguien “en quién creer”, porque defiende derechos básicos de los estadunidenses, como poseer armas de fuego, y retoman elementos del discurso presidencial, que califica la migración como una “invasión”.
Tras el arresto de Hopkins, el próximo jueves la milicia se reuniría para “tomar decisiones”, tras dejar las armas largas, que cambiaron por pistolas, indicó Univisión.