El día de ayer fuimos testigos en Tepic de una agresión a una benjamina o laurel de la India de más de 40 años y que era emblemática en nuestra ciudad. Esto es un ejemplo de la necesidad de esta ley y de que necesitamos ser claros en la legislación y que esté al alcance de los ciudadanos. Esto se realizó sin seguir los procesos internos para su ejecución.
Hay más mexicanos muriendo por la contaminación del aire que por los homicidios. Tristemente hemos apreciado en los últimos años que una obra progresista o moderna es sinónimo de tumbar todos nuestros árboles. Tenemos innumerables ejemplos que hoy han hecho que el paisaje urbano de nuestras ciudades cambiaran sin posibilidad a regresarlo en las próximas décadas afirmó la legisladora.
Esto es un daño incalculable para los ciudadanos ya que un árbol de dos décadas puede absorber en un año el equivalente al dióxido de carbono (CO2) que produce un coche después de recorrer entre 10 mil y 20 mil kilómetros. La jacaranda, por ejemplo, absorbe diariamente lo que emiten mil 405 coches y el olmo lo que originan mil 320 autos.
Además, Julieta Mejía señaló que los servicios ambientales que nos dan los árboles son muchos e irreemplazables. Los árboles ayudan a bajar la temperatura entre 2°C y 8°C, reducen considerablemente la isla de calor urbano y mejoran la adaptación de las ciudades ante el cambio climático. Donde hay árboles de más de 25 años, se reduce en seis por ciento la altura pico de una inundación en una ciudad.
La ley que se propone cuenta con más de 140 artículos para proteger, conservar y fomente más árboles en nuestras ciudades. La iniciativa ha sido socializada con autoridades estatales y municipales quienes han tenido oportunidad de enriquecer la propuesta.