Monterrey, 27 Mar (Notimex).- Este miércoles salieron de Nuevo León más de 500 reclusos con delitos del crimen organizado, y una treintena de mujeres con rostros cubiertos cierran avenidas en Monterrey, a la vez que Seguridad y Vialidad del municipio permanece pasiva.
Mientras autoridades penitenciarias buscan acabar con el autogobierno y el descontrol del sistema penitenciario, incluso con un enfrentamiento entre custodios y reclusos que dejó 30 lesionados en el Penal del Topo Chico, afuera las autoridades permiten el bloqueo de vialidades.
De los más de 500 internos que fueron trasladados a prisiones federales, 300 estaban recluidos en el Penal del Topo Chico, donde se registró el enfrentamiento, y pertenecían a los cárteles del Golfo, del Noreste y de Los Zetas.
Se trata de grupos de la delincuencia organizada que ya han recurrido en varias ocasiones al bloqueo de calles y avenidas en la capital regiomontana, con los rostros cubiertos, para protestar por los traslados de delincuentes peligrosos hacia otros centros de reinserción en el país.
Desde alrededor de la media noche del martes, grupos mayoritariamente de mujeres, arribaron a calles aledañas al Topo Chico para manifestarse con gritos.
Coincidentemente, algunos vecinos gritaban consignas contra la autoridad, mientras se preparaba el operativo de unos mil 500 elementos para entrar al penal y tomar el control, para luego iniciar la extracción de los 300 internos peligrosos que serían trasladados en esa penitenciaría.
Al mismo tiempo y porque las calles estaban cerradas la noche del martes alrededor del penal, un grupo de al menos 10 mujeres entró por un lote baldío ubicado junto al ala norte del Topo Chico, para gritar a los reclusos que la autoridad iba a entrar.
Incluso gritaron “¡Chiquilín ya van a entrar!”, y también trataron de provocar a los policías estatales con consignas como: “¡Quítense el casco putos, a ver si a putazo limpio son muy chingones!”.
Hasta que personal de esa corporación les pidió retirarse o serían detenidas. Algunas mujeres portaban piedras en las manos.
El operativo tomó por sorpresa a los reclusos, que fueron maniatados con cintas plásticas, para luego extraer a los 300 internos peligrosos del Topo Chico. Sin embargo, en todo momento, desde la madrugada, los grupos de mujeres permanecían en el lugar gritando consignas.
Es el mismo caso de manifestaciones de mujeres y niños en el estado de Tamaulipas, para pedir la salida del Ejército, así como el bloqueo de calles y avenidas en Monterrey, que desde hace años es una práctica común de la delincuencia organizada para crear caos entre la ciudadanía.
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