Ese grupo armado manifestó que el Gobierno del presidente Iván Duque no dimensionó “el gesto de paz” de esa guerrilla cuando declaró el cese de actividades criminales en las pasadas fiestas de fin de año y navidad.
“Su respuesta fue realizar ataques militares en contra nuestra, en todo el territorio nacional. Pese a ello, cumplimos rigurosamente el cese unilateral de operaciones ofensivas entre el 23 de diciembre de 2018 y el 3 de enero de 2019”.
Según el ELN, el Gobierno aprovechó el cese para “avanzar las posiciones de sus tropas de operaciones, ganando ubicaciones favorables difíciles de conseguir sin el cese.”
Manifestaron que también bombardearon un campamento del ELN el 25 de diciembre, “afectando a una familia de campesinos que estaba cerca de dicho campamento”.
Dicen que como en la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional “reciben instrucción y entrenamiento los oficiales que luego realizan inteligencia de combate, conducen operaciones militares, participan activamente en la guerra contrainsurgente”.
Por tanto, el atentado en Bogotá lo califican como una “operación lícita” dentro del derecho de la guerra. “Valoramos necesario que instituciones internacionales autorizadas den su opinión sobre el carácter de dichas instalaciones y el tipo de acción realizada”, dice el comunicado.
A pesar de que el presidente Duque se levantó de la mesa de negociaciones con ese grupo armado y reactivó las ordenes de captura internacionales contra la cúpula de esa guerrilla, el ELN reiteró al gobierno enviar a su delegación de diálogos a la mesa, para darle continuidad al Proceso de Paz en La Habana, Cuba, y a la construcción de los acuerdos que traemos desde el Gobierno anterior.