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Legalización de marihuana en Estados Unidos no ha resuelto problemas de seguridad

A principios de noviembre, la poderosa agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, publicó su informe 2018 National Drug Threat Assessment, que detalla el mundo de las drogas en la era Trump.

Este es el séptimo, y último, texto de la serie Estados Unidos Narcóticos, que ha revelado los detalles más novedosos e interesantes de ese informe y el mercado ilegal de los estupefacientes en el país vecino, así como su relación con México a través de los cárteles de la droga.

La inseguridad persiste

En las elecciones de noviembre de 2016 los californianos aprobaron la legalización del consumo recreativo de cannabis, como parte de una iniciativa que abordaba el consumo clandestino de la marihuana como un tema de salud y de seguridad pública.

Regularizar el mercado negro pretende arrebatar el negocio de las organizaciones criminales, y, en su lugar, instituir los dispensarios, puntos de venta regulados y seguros para la comercialización. Al menos en teoría.

En octubre de este año, un dispensario de la ciudad de Los Ángeles, California, fue atracado por un grupo de hombres uniformados como policías, que se introdujeron al establecimiento presentando una orden de cateo falsa, y se robaron cientos de libras de marihuana y cajas fuertes que contenían alrededor de 350 mil dólares en efectivo.

El líder de la banda, Marc Atrim, vestía uniforme de policía durante el robo porque era un agente en activo del Departamento del Sheriff de Los Ángeles. La droga, el dinero y las armas utilizadas fueron encontradas en su domicilio días después del despojo, cuando fue detenido por autoridades federales, reportó el diario Los Angeles Times.

Tráfico de marihuana aumentará

A pesar de la legalización, el pronóstico de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) es que la producción doméstica y el tráfico de la marihuana incrementará, a pesar de que más estados modifiquen sus legislaciones locales.

Individuos y organizaciones criminales continuarán explotando la legalización en los estados, para producir y traficar su producto en un mercado ilícito”.DEA.

La DEA prevé que la marihuana producida en México seguirá siendo introducida a Estados Unidos en cargamento de alto volumen, aunque estima que su trasiego irá gradualmente a la baja.

En su reporte de 2018, registra un descenso en la cantidad de droga introducida en siete de los nueve corredores de contrabando de la frontera con México. A la vez, han realizado grandes decomisos de miles de libras de marihuana en puertos fronterizos de estados como California y Texas.

Paralelamente, la DEA ha visto un incremento en los cultivos clandestinos de marihuana en parques nacionales o estatales, propiedad de grupos criminales que, con frecuencia, emplean a hombres armados para proteger la cosecha.

Además de ser un riesgo para la seguridad, también constituye un peligro para el medio ambiente, pues los agricultores utilizan de manera regular pesticidas y otras sustancias prohibidas por el gobierno de Estados Unidos, por sus altos niveles de toxicidad.

 

Los invernaderos clandestinos

Otro riesgo detectado por la DEA son los invernaderos clandestinos. Por un lado, la instalación ilegal del equipamiento requerido genera un riesgo de incendio en zonas urbanas, pero la mayor preocupación son las bandas criminales que los operan.

En septiembre de 2016 tres mexicanos indocumentados fueron raptados por pistoleros y obligados a trabajar cosechando marihuana en un invernadero clandestino de San Andreas, California.

El grupo delictivo era liderado por una mujer mexicana apodada “La Lupe”, que contactó a la familia de las víctimas para amenazarlos de que si los reportaban como extraviados los matarían. El grupo permaneció en cautiverio por varios meses hasta que uno de ellos logró escapar y dio parte a las autoridades, informó la agencia Associated Press.